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BALAS PERDIDAS

PARA MI GATA

PARA MI GATA

Han pasado más de dos años desde que murió, y aún pienso en ella. Aún encuentro fotos suyas durmiendo en el sofá, o mirando la tele, o metida dentro de la lavadora...Y quién crea que esto es sentimentalismo barato se puede ir a la mierda. Quién no echa de menos a un animal que ha muerto, es que ese animal nunca fue realmente suyo.

A diferencia de Tibet, mi otra gata, Sam se quedó pequeña y delgada. A diferencia de Tibet, Sam parecía medio salvaje. No dudaba en pegarte un mordisco si ella lo creía necesario, era así de encantadora. Tenía la vida en sus ojos, en sus arañazos, en sus saltos y sus carreras por el pasillo. Vivía muy intensamente cada día (algo que muchos humanos tenemos que aprender aún), y le dió una motivación a Tibet que la sacó totalmente de su rutina, como una bomba que explota en tu sofá mientras intentas suicidarte a base de programas del corazón.

Mientras yo leía estirado en mi cama una noche de domingo, oí un ruido que venía de la cama de arriba de la litera. Creí que Sam estaba cagándose otra vez en la colcha como era habitual, así que salté de la cama para pillarla in fraganti. Estaba tumbada totalmente de lado, con los ojos abiertos, mirándome sin verme. El ruido que hacía provenía de su garganta, y la colcha estaba mojada por la baba que se le escapaba de su boca abierta. No sé en que momento me dí cuenta de lo que pasaba, pero recuerdo acariciarla, empujarla, llamarla cada vez más asustado, zarandearla como un loco, cogerla en brazos y llorar como un niño...Mi ataque duró un buen rato. Desperté a mi padre, y metiéndola en el cesto en el que ella solía dormir, la llevamos al prado cerca de casa.

No podía dejar de llorar. La tierra era muy dura, asi que tuvimos que apilar piedras enmedio de la noche para cubrirla. Recuerdo tener que hacer esfuerzos para encontrar las piedras porque entre la oscuridad y las lágrimas no podía enfocar nada.

No he vuelto nunca a ese descampado, y lo he pensado mil veces. Y la echo mucho de menos.

Ha debido haber alguna confusión...Ahora Sam debería estar en mi regazo durmiendo. Debería poder acariciarla mientras ronronea, y estas líneas deberían estar llenas de cualquier otra cosa.

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