EL MURO
No puedo quejarme. Pudiendo haberme evitado, viniste, y no sólo eso. Pudiendo haberme torturado, me cuidaste. Me diste más de lo que tenía derecho a pedir, e incluso más, con ilusión, con sorpresa, con voracidad de vida. Más, mucho más de lo que se puede soñar. ¿Lo hiciste por amor, por curiosidad, por mero capricho juvenil? ¿Por ti? ¿Por mí? Ese es el único drama de esta historia, supongo. Esa barrera realmente infranqueable entre lo que sientes tú, y lo que pienso yo. ¿O no? |
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GUILLE -