LA NOCHE Y EL DIA (AMSTERDAM-2)
He vuelto a la ciudad del lodo. De nuevo el sol se alternaba con las nubes, y la felicidad con su opuesto. Aunque esta vez el calor era espantoso, sofocante, el azul era pálido, y las noches tenebrosas. Esta vez quería mearme en las obras de Vincent "una oreja" y de tantos otros. Que absoluta falta de sentido.
Alguien debería ir a pintar la verdadera Amsterdam. Alguien debería plasmar el cuento de hadas que se le explica al turista cada vez que va. Que venga alguien a mostrarnos a los colgados de los coffeshops, a los negratas vendiendo crack en calles tan oscuras que más que verlos te chocas con ellos. Que alguien hable de las putas. Ríos de hombres de ojos saltones, mareas de morbo y soledad entre calles rojas, pero no de pasión, solo de neón. Calles rojas de crueldad, de violencia submarina. Que alguien encienda la luz en la noche de Amsterdam, donde cada día es Todos los Santos y cada noche Halloween...
Y cada turista que llega destruye un poco más su belleza con su dinero. Una ciudad enterrada entre el lujo y la ruina. ¿Cuántos años podrán aguantar sus viejos edificios a tantos cuerpos cebados por el aburrimiento? Que rebienten los diques y desborden los canales, para mostrarnos que hay en el fondo y para limpiar sus calles. Amsterdam se mira a si misma colocada de dinero, de drogas, de lujuria, de banalidad. Pero cuando llega la resaca del día después, tan solo de vez en cuando y de reojo, Amsterdam se mira con pena y melancolía, soñando con la ciudad que le hubiera gustado ser. En eso se parece a mí.
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BALAS PERDIDAS -